En la vida, todos nos esforzamos por lograr comodidad y seguridad, buscamos rutinas y patrones que nos hagan sentir seguros y en control. Desafortunadamente, el crecimiento y la comodidad no pueden coexistir y el verdadero aprendizaje y cambio sólo ocurre cuando salimos de nuestra zona de confort.

Nuestra zona de confort puede parecer segura y familiar, pero no aprendemos nada nuevo cuando estamos en nuestra zona de confort. Fuera de nuestra zona de confort es donde experimentamos miedo, pero también es donde aprendemos y crecemos.

Enfrentar desafíos y salir de nuestra zona de confort conduce a la adquisición de nuevas habilidades, lo que a su vez conduce a una mayor confianza en uno mismo y a nuevas fuentes de satisfacción. Tenemos que afrontar el malestar para poder crecer. Es como el ejercicio: cuanto más nos esforzamos, más fuertes nos volvemos.

La comodidad debe ser el detonante que lleve a reevaluar una situación, si estamos cómodos probablemente signifique que no estamos creciendo. Por lo tanto, debemos entrenarnos para tener cuidado de no sentirnos demasiado cómodos y aceptar los sentimientos de extrañeza y miedo que surgen al hacer algo nuevo, porque son signos de aprendizaje y crecimiento.

Si quieres algo que nunca has tenido, debes hacer algo que nunca has hecho. Eso significa salir de su zona de confort y correr riesgos. Significa estar dispuesto a fracasar y aprender de nuestros errores; deberíamos aceptar la incomodidad y utilizarla como herramienta para el crecimiento. Si se siente cómodo y seguro, tal vez sea hora de salir de su zona de confort porque ahí es donde ocurre el verdadero crecimiento.